lunes, 13 de julio de 2009

POEMAS PARA WISO II

CARTA DE ADIÓS A LOS MUCHACHOS

Queridos compañeros del taller de poesía: esta introducción sirve para anunciarles de modo poético epistolar mi renuncia al taller, ya que gracias a simplemente la primera reunión he podido ahorrarme doce semanas y encontrar la base teórica que ahora propongo compartir con ustedes.
Estoy sumamente emocionado por haber dejado de ser solamente un poeta sin base teórica y de ser hoy por hoy un teórico de la poesía.
Como el trabajo del teórico es teorizar, déjenme dejarme de pavadas y llegar al meollo lo más rápidamente posible.
Mi teoría está contenida en el poema del cual les envío copia, titulado EL POETA DESCUBRE SU BASE TEÓRICA.
Está dedicado en su totalidad a José Luis Colón Santiago, que vale como poeta y como compañero y también como teórico aunque sea demasiado modesto para filosofar en público. Es por ello que el primer segmento de mi poema intenta utilizar la puntuación de la misma manera que uno de sus poemas que se discutió a muerte la primera noche del taller.
Quiero advertir que este primer segmento intenta ser un multimedia event y que se debe leer en voz alta acompañado por la música de Chariots of Fire.
El segundo segmento explora la teoría poética de la puñeta, o sea del auto-abuso cotidiano como la base del desarrollo del miembro poético. Creo que atisbo una base científico-biológica sumamente interesante y cuyas ramificaciones (no pun entended) exploro en la segunda parte del segmento.
El tercer segmento encierra por decir así el tuétano de mi teoría. Creo que antes he expresado mucho de lo que aquí digo, pero creo necesario repetirlo. De paso plagio descaradamente a poetas que, por no leer ni escribir español, nunca se van a enterar, y por lo tanto no estoy violando ninguna ley. Al contrario, mis estudios eruditos y mis investigaciones indican que soy un poeta intertextual.
También cito mi línea favorita de Borges. A ver si la encuentran.
Quiero hacer notar que la tercera estrofa del tercer segmento rompe de forma tajante con la física. O quizás sea la geometría. Nunca tuve seso para la ciencia tridimensional.
La cuarta estrofa es un desahogo sentimental, resabio de mi predilección por el bolero y la poesía de José Ángel Buesa.
La quinta estrofa emula a San Juan de la Cruz. Y también la sexta. La séptima y la octava describen un estado irracional y frenético que me es muy natural. Las últimas dos estrofas presentan una alternativa a la engorrosa tarea de la teoría literaria. La última une el macrocosmos y el microcosmos. El que se quiera beber una cervecita conmigo , puede encontrarme en el bar del frente.

En 1986, le escribo este “retrato verbal.”

WISO

Wiso
no sabe
poner
acentos.
Wiso
hace
el amor
con
mujeres.

Fue

tecato,
vende
relojes.
Contesta
mal
los teléfonos

Tiene miedo

a compartir
los tragos
porque
la muerte
lo está
esperando.

Y sin

embargo
cómo
lo quiero,
amigo,
espejo,
mago,
lenguaje.

6.04.86

En 1986 conozco a Bruce Cassels, y comienzo un gran romance, que lleva a los poemas de Grimorio. En el 87, mis amistades finalmente llegan a conocerlo en una gigantesca fiesta en mi casa, para la que Bruce cocina un choucroute-- salchichas blancas (boudins), con repollo agrio y champagne. José Luis queda muy impresionado y me comenta: “Si yo fuera gay, también me iría detrás de un tipo así.” Pero realmente queda fascinado por la salchicha blanca, que nunca antes había probado, como me deja saber. Reuno los dos comentarios en este poema, que fue publicado en Poesía actual 1988 por Juan Luis Benito Pla, editor de “Pliego de murmurios” y dueño de la editorial del mismo nombre, en España, y también en Entre la inocencia y la manzana (UPR 1996).

-EL GUISO DE GÜISO-

Tiene deseos de salchicha fina
quien hasta ayer vegetariano fuera.
Rociada con licor de primavera,
salchicha fina envuelta en fina harina.

Tiene deseos de sabores nuevos
el que hasta ayer el hambre controlara,
afiebrado latir, que sólo para
la dorada cebolla, el blanco huevo.

La gula imprime al paladar mojado
con/textos de embutidas calenturas
para el hambre de hoy, mañana hartura

del necesario antojo sonrosado.
¡Cómo tiembla el gorguero, anticipando
el goce antiguo del amar yantando!

28.10.87

En noviembre de 1987, un mes después del soneto, tengo una abrupta y muy fuerte desavenencia erótico/ideológica con José Luis, una noche de juerga después de un taller de literatura. Escribo estos cuatro poemas, incluidos en Pato salvaje, sobre lo acontecido. Intento mostrárselos, pero rehusa leerlos, aunque después, cuando salen publicados, los lee, proba-blemente sin saber que se referían a él.

LOS POETAS COBARDES

Los poetas cobardes
no se desnudan para el roce de las lilas
no se contorsionan en tablados imaginarios
visten batolas de palabras grises.

Los poetas cobardes
metaforizan los sabores del cuerpo
pintan de cal los mecanismos de los relojes
baten gases a punta de merengue.

Los poetas cobardes
no aúllan olores cuando la luna da miedo
no amanecen destrozados a la intemperie
duermen en lechos de topos lácteos.

Los poetas cobardes
cruzan la calle con semáforo en verde
se tocan la bragueta antes de una lectura
no se atreven a mear en cementerios.

Los poetas cobardes
no chupan veneno vital con los dedos
no aprietan el vientre contra bordes de vidrio
se les pierde el dolor por los resquicios.

12.11.87

LA MUERTE DEL POETA

Murió de burguesía, gritando
que era macho, el pobre. Vinieron
a velarlo sus numerosas
crías, las lloronas chiquillas,
los varones solemnes. Sus
cuatro viudas tristes de todos
los colores compartieron lo
poco de su herencia y su
catre. Los amigos, algunos
de chaqueta y corbata, leyeron
sus poemas en ceremonia
seria.

12.11.87

JACOBO Y EL ÁNGEL

Jacobo, sin el ángel,
se agita y suda en su cama de piedra
abre las manos evitando invisibles,
sueña con escaleras
por las cuales se arrastran formas oscuras,
caracoles, tortugas.

Jacobo, sin el ángel,
bebe la arena rancia de los pozos vacíos,
arroja gárgaras de palabras al aire,
pinta de rojo
las señales de tráfico de los caracoles
hacia las escaleras.

Jacobo, sin el ángel,
quiere morder lo que vuela o se arrastra,
bebe un vino sólido de muerte cotidiana,
caracoles
calza en su respiración entrecortada.
Grita, y el viento despeina los sonidos.
Llora, y el desierto vomita las aguas.
Maldice, y el eco hace reír los farallones.

14.11.87

TU MUERTE, MI MUERTE

No quise verle la cara a tu muerte.
Todo lo hice por evitarla.
Escondí los ojos y la piel
tras guanteletes de palabras.

Tuviste que impúdico mostrarla
bajo la luz fosforescente de la lluvia
en el hervidero de unos matorrales
y un callejón, noche de hemorragias.

No volveré a verte, ni a tocarte.

No volveré a hablarte, ni a moverme
hacia tu superficie empañada.
Espejo agrietado. Espejo espejismo.
Parodia de abismo.

Sea mi muerte otra. La más dolorosa.
La más putrefacta. La más candorosa.
La muerte del niño con el caramelo.
La muerte del ciervo astado y en celo.

A ver. Que mi cuerpo, por muchos caminos
sea rechazado, sea peregrino.
Se rompa en pedazos.

A ver. Tú a tu mesa, tu silla, tu suerte,
lote baldío, casa de tu muerte.

12.12.87

Y ya José Luis no vuelve a aparecer directamente en mi poesía, aunque ejerce una influencia permanente en lo que escribo a finales de los 80’s y principios de los 90’s. Seguimos colaborando juntos en numerosos proyectos, el más significativo siendo la revista Taller al aire libre. Cae seriamente enfermo en el 2001 y muere a fines de año.

MI GÜISO

In memoriam, José Luis Colón Santiago, 4.12.01

Cuentan que, en las exequias,
la adiposa hermana del muerto,
quien lo arrojara de su casa un día
cuando ya la parálisis lo había marcado,
pretextando no poder con sus manías;

grasienta agarrada al texto sagrado,
poseída del dios feroz de los cristianos
que no han salido del Viejo Testamento;
cuyo gran mandamiento
es el odiar, a todo tren, a todo prójimo,
y a Cristo crucifican nuevamente
por dormir con putas y mendigos;

declaró que Satanás triunfante
había causado el deceso del difunto,
quien merecía su destino ardiente
por haber llevado la vida disoluta
--drogas, licor, mujeres y visiones--
de los bohemios poetas quincalleros.

Poco sabe la vieja malhablada
del país de los ángeles y acróbatas,
el circo, paraíso de los marginados,
donde mi Güiso le da vueltas al sujeto,
malabarea el amor y la palabra,
y hacia infinitos planetas se derrama,
ya para siempre ciudadano del aire.

4.12.2001

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bella historia poetizada o poema historiado. Qué bello homenaje a la vida y al amigo ex.

Gracias poeta amado

Rkrd Ln Pñ-Vll